Cuando la ausencia del menos común de los sentidos se apodera de los boxeadores, en algunos casos por ausencia de miedo y en otros por un voraz apetito económico, las entidades deben velar por la seguridad de los protagonistas de un deporte que solo recuerda sus riesgos cuando ocurre alguna desgracia. Las medidas implantadas en el siglo XX redujeron notablemente las tragedias sobre los cuadriláteros, pero todavía las libras esterlinas importan más que el devenir de las personas.

En esta ocasión no fue culpa de ninguna de las cuatro empresas (WBC, WBA, WBO e IBF) que se reparten el pastel del noble arte, que tiemblan porque Turki Alalshikh prefiere los planes monopolísticos de Dana White. La BBBofC (British Boxing Board of Control) en algún tiempo dio lecciones a otras federaciones, como a la española, para alardear de su rigurosidad.

Chris Eubank Jr. tuvo que pasar dos días en el hospital después de ganar a Conor Benn el 26 de abril, pero como el cántaro no se rompió y la fuente dio diez millones de euros por cabeza, hubo una segunda parte, y quien sabe si incluso se alcanzará la trilogía. Entre combate y combate, Chris Eubank Jr. desveló la agonía a la que sometió a su cuerpo. ¿Y cuál fue la reacción de la BBBofC? Imponerle una sanción de 11.365 € por un vídeo que publicó deshidratándose en una sauna antes de la primera pelea. Para la BBBofC, lo punible del comportamiento de Eubank Jr. era que llegó tarde al pesaje. Conforme a lo acordado contractualmente, el peso perdido no fue suficiente para Eubank Jr., que pagó 425.000 € por pasarse 50 gramos de los 72,580 kg que marca el peso medio.

Cabe resaltar que no hubo en liza un título mundial en ninguna de las dos peleas, sino que la enorme expectación alcanzada en el Reino Unido se debe a la fama de los apellidos por los méritos de los progenitores. En el pesaje de la revancha, Eubank Jr. sí dio el peso, y se ahorró una nueva multa. Sobre el ring, Conor Benn fue ampliamente superior y se impuso tras doce asaltos a un depauperado Chris Eubank Jr. El mallorquín de adopción mandó a la lona en dos ocasiones (la segunda con un golpe de conejo) a su rival en el último round. Tras la pelea, Eubank Jr. dijo que boxeó limitado, pero reconoció la superioridad de Benn. La acumulación de golpes o la edad fueron algunos de los motivos esgrimidos por la prensa internacional al analizar el desempeño del perdedor, para obviar la cuestión fundamental. Por el momento, no se han revelado los resultados de todos los controles antidopaje realizados para la revancha, la cual preparó Conor Benn en Reino Unido y no en Mallorca como la primera pelea, con el objetivo de reducir la duración de su campamento.

Eubank Jr., sobre la báscula para el segundo pesaje de su revancha con Benn.

Históricamente (no para Terence Crawford), el boxeador que acepta subir de categoría partía con desventaja. Quijadas de acero como la de Stanley Ketchel sucumbieron ante oponentes de mayor tamaño como Jack Johnson. En pleno 2025, en la era de los directos, Chris Eubank Jr. y Conor Benn se subieron a una báscula de baño a primera hora del sábado. El control de la rehidratación es fundamental para evitar enormes diferencias sobre el ring, pero en esta ocasión el límite no lo estableció una federación sino los promotores. La recuperación de 4,5 kg por parte de Eubank Jr. desde que se pesase el viernes a las 13:15 horas pudo ser mayor de no existir dicha cláusula (que se conservó de la primea pelea), que respetó por 40 gramos. Entre el segundo pesaje y el momento en el que enfiló el ring del Tottenham Hotspur Stadium, ambos púgiles recuperaron varios kilogramos más.

Eddie Hearn protegió a su boxeador para que precisamente no boxease con un rival que tuviese una ventaja de tamaño, y de paso, dejó debilitado a Eubank Jr., quien voluntariamente aceptó esas condiciones sin intermediación de la BBBofC. En el colmo de la desfachatez y con la victoria bajo el brazo, el equipo de Benn anunció su intención de buscar, de una vez, un título en el peso wélter. Por su parte, Eubank Jr. tendrá que escuchar a su cuerpo y si se plantea regresar a un cuadrilátero, hacerlo en el supermedio, peso en el que se estrenó hace ocho años.

Es necesario regresar a la génesis de la rivalidad «junior» entre los Eubank y los Benn para completar el análisis. El duelo se firmó por primera vez el 10 de agosto de 2022, programado para el 8 de octubre de 2022, en un peso pactado en 1,360 kg por debajo del límite del peso medio. Tres días antes de la pelea, la BBBofC denegó a Benn boxear al dar positivo por clomifeno. Matchroom quiso seguir adelante con la pelea, al considerar que Benn no estaba sancionado por dopaje, y con el visto bueno de Chris Eubank Jr., los organizadores se plantearon que fuese la Federación de Luxemburgo quien homologase el combate, pero finalmente se vieron forzados a aplazar el duelo.

Conor Benn hizo las Américas y se exilió a Estados Unidos, donde disputó dos combates al suspenderle la licencia la BBBofC. El positivo aumentó el interés por un duelo con aires de los noventa, y ante la amenaza de que el negocio no pudiese concretarse en el Reino Unido, los promotores exploraron la opción de organizar el combate en Oriente Medio. Finalmente, Benn fue exculpado a darse por buena la tesis avalada por el WBC de una ingesta masiva de huevos y la sanción fue a parar a… ¡Chris Eubank por parte de la BBBofC!, quien le impuso 115.000 € por estamparle un huevo a Benn en la presentación del combate. Los promotores sacaron partido de la ocurrencia de Eubank Jr., y le sometieron a un «detector de huevos» en otra rueda de prensa. Este no fue el único desembolso de Eubank Jr., que dio 56.000 € a los diez boxeadores que formaban parte del cartel de la pelea suspendida por el positivo de Benn. Entre los beneficiados, en un gesto con escasos precedentes, estuvo la murciana Mary Romero.

Entre combate y combate, Chris Eubank Jr. protestó por la demora en su traslado en ambulancia al hospital. Una acusación que no sentó nada bien a Eddie Hearn, que denunció a Eubank Jr. junto a la BBBofC por difamación. El boxeador respondió al publicar un vídeo del momento en la ambulancia permanecía parada. Antes de la revancha, Eubank Jr. alcanzó un acuerdo con Frank Warren para finalizar una denuncia similar, y no es descartable que el dinero vuelva a unir a todos en el futuro. Las declaraciones de Eubank Jr. pusieron en la picota a Robert Smith, presidente de la BBBofC, a quien acusó de consentir los planes de Eddie Hearn a cambio de dinero. En su intervención sin filtros, Eubank Jr. expresó que las multas que pagó a la BBBofC deberían destinarse a jóvenes sin recursos, o aludió a otros aspectos que según él incumplieron lo estipulado en los contratos, como los guantes utilizados por Conor Benn. Para exculparse de no dar el peso, Chris Eubank Jr. afirmó que perdió el tiempo al tener que expulsar a varias personas antes de su «pesaje privado». Este concepto se ha normalizado en los últimos años sin que trascienda al público que ni siquiera los pesajes profesionales son reales. Para evitar situaciones embarazosas, el pesaje supervisado por un federativo se realiza en privado, y se repite posteriormente en público, donde se anuncian las cifras anteriores aunque los boxeadores hayan iniciado su rehidratación.

Si el principal aliciente de la saga «junior» es «el peso» de la historia, las carreras de los padres vivieron dos trágicos episodios que no deben caer en el olvido. En 1991, las imágenes de Michael Watson tendido sobre la lona en su revancha con Chris Eubank pusieron de manifiesto las carencias asistenciales del boxeo británico. Watson recobró la consciencia, pero con severas secuelas, y la BBBofC tuvo que vender su sede para pagar la indemnización. Tres años y medio después, Gerald McClellan sufrió otra lesión cerebral cuando perdió con Nigel Benn. La preocupación y las buenas palabras reaparecieron en 2016, cuando Nick Blackwell ganó su batalla a la muerte después de pelear con Chris Eubank Jr. Afortunadamente esta serie de accidentes es una anomalía en el boxeo, y en el caso del Reino Unido, cuatro han sido los púgiles fallecidos en la última década, una cifra inferior a la de otros tiempos, y que deja en buen lugar al boxeo si se compara con los decesos lamentados en otras disciplinas.

Las consecuencias de la deshidratación no son evaluables de forma inmediata. El desempeño deportivo se ve mermado en aspectos tan fundamentales como la frecuencia cardíaca, la concentración o los reflejos, como se apreció el pasado sábado en Chris Eubank Jr. Los fallos renales a largo plazo también pueden manifestarse, y no solo las lesiones cerebrales. Los efectos de esta segunda pelea entre Eubank Jr. y Benn en sus carreras deportivas se conocerán antes. Conor Benn ocupa el cuarto y sexto lugar en las clasificaciones mundiales del WBC y la WBA respectivamente ¡en el wélter!, peso en el que no boxea desde abril de 2022. La defensa que le prestó el WBC fue criticada por Benn, quien recibe un trato preferencial por parte del organismo mexicano, con declaraciones como las de su presidente, Mauricio Sulaiman, quien afirmó que el inglés «merece disputar un mundial». Una postura que contrasta con la de la IBF, que eliminó a Benn de su ranking hace un mes. Más allá del resultado, resulta difícil que Benn pueda cumplir con el límite de los 66,680 kg después de superar a Eubank Jr. en el pesaje del pasado viernes, y recuperar 3,600 kg en el control de rehidratación. Más prolongado deberá ser el descanso para Chris Eubank Jr., que a sus 36 años debe evaluar las causas de su derrota y buscar una categoría que se adecue a su cuerpo si quiere volver a enfundarse los guantes. En caso de que Eubank Jr. solicite boxear de nuevo, la BBBofC debería exigirle un exhaustivo examen médico. El de Sussex lleva más de una década como uno de los puntuales del boxeo británico, sin embargo, no posee ningún cinturón que lo acredite como campeón del orbe, ya que los títulos que ha ganado con el apelativo mundial no son tales. Por el momento, puede recuperarse junto al hombre con el que comparte nombre después de reconciliarse con él, mientras espera a los gemelos de los que está embarazada su pareja.