En los años noventa, Eric Esch fue uno de los boxeadores más jugosos para las televisiones estadounidenses, por su popularidad y no por sus logros deportivos. El famoso «rey de los cuatro asaltos» es parte de la cultura popular conocido como Butterbean, un personaje que casi le cuesta la vida. A los 58 años, Butterbean ha analizado su trayectoria dentro y fuera del ring, al mismo tiempo que muestra su interés en volver a ponerse los guantes. “He estado casado durante mucho tiempo y siempre he amado a mi esposa, pero eso es algo que me dio problemas. Ahora estoy bien. Ahora tengo fe en mí mismo. No tengo ese problema. Ahora soy un buen chico”, declaro Butterbean, quien confesó haber superado su adicción al sexo.

El popular púgil también reconoció que se vio obligado a adelgazar después de superar los 225 kg de peso. “Si no puedes caminar y no puedes entrar a la tienda y comprar algo de beber, te deprimirás. Estuve en la cama durante casi un año… me levantaba solo para ir al baño. Y comía en la cama», declaró el de Atlanta.

“Ahora estoy en la mejor forma de mi vida. Ya no estoy en una silla de ruedas”, afirmó «el rey de los cuatro asaltos». Buttebean ha perdido decenas de kilogramos, y sueña con regresar al ring, para seguir los pasos de coetáneos como Mike Tyson.

En el punto de mira de Butterbean está Jake Paul, al cual el de Atlanta acusa de hablar demasiado, además de enfrentarse a rivales fuera de forma, por lo que él se considera el oponente idóneo.

La última pelea de Butterbean tuvo lugar en 2013, aunque realmente su carrera en el boxeo quedó amortizada tras una derrota con el excampeón mundial Larry Holmes en 2002. Butterbean probó suerte en otros deportes de contacto, como las Artes Marciales Mixtas, gracias a su enorme popularidad.