
Si Antonio Vargas (19-1-1, 11 KO) no fuese estadounidense, probablemente no habría conservado el título mundial WBA del peso gallo en el Yokohama Buntai de Yokohama (Japón). Al tejano se le escapaba el cinturón, pero la magia del boxeo apareció en el duodécimo round, cuando Daigo Higa (21-3-3, 19 KO) visitó la lona. Al japonés le bastaba con permanecer de pie para llevarse el cinturón. El nipón fue campeón mundial WBC del peso mosca, y desde que cediese dicha corona hace siete años se ha chocado con el muro del peso gallo.
Sobre el ring la diferencia de tamaño era evidente por dos motivos: Higa no es un peso gallo natural y Vargas, como la mayoría de sus compatriotas, se rehidrata más que los boxeadores de otras nacionalidades. Higa tuvo problemas para sobreponerse a la ventaja de tamaño del campeón. Los primeros rounds fueron de estudio, con contención por parte de ambos boxeadores, a la espera de encontrar un camino.
El japonés no pudo ejecutar su idea de buscar golpes potentes ante la guardia alta y el dinamismo de Vargas. El plan del local comenzó a andar en el cuarto asalto, cuando una contra con la mano izquierda derribó al campeón. Con una caída en contra en Japón, la mayoría de púgiles habrían visto esfumarse su cinturón.
La caída dio alas a Higa, que castigó el cuerpo de Vargas. Para el último tercio de combate, los papeles iniciales estaban cambiados: era Vargas quien prefería moverse e Higa cruzar cuero. El segundo aire llegó para el estadounidense, que encajó un duro golpe del aspirante en el décimo asalto.
Los últimos segundos de la pelea fueron dramáticos, cuando Vargas más acusaba el castigo recibido, derribó a Higa, que finalizó el duodécimo después de ponerse en pie. El triple 113-113 en las cartulina hace que el cinturón regresa a Estados Unidos, unas tarjetas que sin la caída final habrían caído del lado del japonés.
En primera fila de ring estaban Junto Nakatani y Seiya Tsutsumi, que siguieron con atención el desarrollo de un duelo que puede determinar su próximo rival. «No fue el resultado que quería, pero he defendido el título», declaró Vargas después de la decisión. En Japón tampoco descartan una revancha con Daigo Higa, aunque este planeaba retirarse si no ganaba a Vargas.
Delante de la televisión, Tsutsumi fue claro: «Hay dos campeones de la WBA y otro en proceso (en referencia a Nonito Donaire). Así que tenemos que unificar estos títulos en uno solo», dijo el local, quien permanece como «campeón en receso», y por eso se contó como campeón, por problemas físicos. Vargas dio su aprobación a la pelea con Tsutsumi: «Me gustaría enfrentarme a él, es un gran campeón. Sufrió un corte en su última pelea, se suponía que yo debía pelear con él. Pero es un campeón respetado y me gustaría que esa pelea se hiciera realidad».