Daniel Pi
@BastionBoxeo

El año 2018 no terminó nada bien para el campeón mundial WBO del peso medio, el estadounidense Demetrius Andrade (26-0, 16 KO), y no porque realizase una mala actuación sobre un cuadrilátero (de hecho no pelea desde octubre) o porque padeciese una lesión, sino por un cúmulo de despropósitos y de falta de sentido común que condujeron en diciembre a su arresto.

Conduciendo un vehículo de alta gama por su ciudad natal y de residencia, Providence, se detuvo a la altura del coche de un amigo, bloqueando el tráfico a la vez que charlaba distraídamente. A consecuencia de ello se produjo la intervención de la policía de la ciudad que, al seguir el procedimiento habitual, se dio cuenta de que el boxeador no dejaba de mirar de reojo a una mochila. Lógicamente, ésta fue inspeccionada por un agente, descubriendo dentro una pistola para la que Andrade no tenía licencia.

Soltado tras pagar la fianza y a la espera de juicio, Andrade deberá aparcar sus problemas legales, absurdos, ya que perfectamente podría haberlos evitado (lograr una licencia de armas en su estado es un mero trámite), para afrontar la primera defensa de su reinado como campeón del peso medio. De todos modos, no parece que la pelea sea tan exigente como para que las preocupaciones extradeportivas decanten desfavorablemente la pugna.

Y es que, después de proclamarse titular ante un Walter Kautondokwa que, por mucho rival de sustitución que fuese, no merecía ni remotamente esa oportunidad, Andrade se enfrentará este viernes, en el Madison Square Garden Theater de Nueva York (Estados Unidos), al ruso Artur Akavov (19-2, 8 KO), un boxeador que, más allá de la mayor actuación de su carrera, no es un oponente ni mucho menos de inabordable dificultad.

Recordemos que Akavov ofreció una buena imagen ante Billy Joe Saunders, pero cuando el británico estaba en muy baja forma antes de su contratación del entrenador Dominic Ingle, con el que logró su deslumbrante actuación ante David Lemieux y bajo el cual también ha dado un positivo en control antidoping. Tan inadecuado fue el estado de forma de Saunders en aquel momento ante el ruso que el entonces campeón mundial fue encerrado repetidas veces en las cuerdas y hostigado hasta casi ser derrotado.

No obstante, al margen de esa meritoria pelea contra un boxeador sin la adecuada preparación, la carrera de Akavov se ha desarrollado ante oponentes asequibles y sin resultados sobresalientes e, incluso, en su último combate sufrió mucho para vencer por la mínima a un jovencísimo Gonzalo Coria. Por ello, y habiendo truncado el positivo antidopaje de Saunders un choque ante Andrade, el motivo de la elección de Akavov como oponente por parte del segundo resulta evidente: lograr ante un púgil de limitado peligro dar una bofetada a Saunders, al que pretende superar indirectamente batiendo con mucha más solvencia a un adversario en común.

Pagándose más de 13 euros por la victoria de Akavov y unos pocos céntimos por el triunfo de Andrade, no cuesta darse cuenta de que las posibilidades del visitante son consideradas prácticamente inexistentes, algo que con la comparación estilística de ambos púgiles se ve respaldado de forma nítida.

El veloz y hábil campeón, con una gran ventaja en altura, alcance, técnica, recursos y precisión, debería poder utilizar de nuevo su formidable directo zurdo para martillear round tras round a un contendiente lleno de ambición y de tenacidad pero sin la suficiente explosividad o dinamismo para abrirse camino entre el fuego del local ni aprovechar las excesivas aperturas de éste cuando ataca.

Si, como se espera, Andrade supera el encuentro, visto por muchos como un simple rodaje, la gran pregunta es qué le esperará a continuación, dado que éste afirma estar dispuesto a enfrentarse a cualquier boxeador de la cúspide del peso medio y, especialmente, a un Saúl “Canelo” Álvarez con el que ahora tiene en común su pertenencia a la plataforma DAZN.

El evento será emitido en Estados Unidos por la citada DAZN y en Reino Unido por Sky Sports a partir de las 00:00 de la madrugada del viernes al sábado en hora peninsular española, con el respaldo principal a partir de las 3:00 y el combate estelar en torno a las 5:00.