Daniel Pi
@BastionBoxeo
Foto:SHOWTIME/Stephanie Trapp

El mes de diciembre del pasado año dejó la mayor sorpresa de la temporada en la división del peso supermedio, ya que fue entonces cuando el campeón mundial IBF James DeGale (23-2-1, 14 KO), que apuntaba a una unificación ante David Benavídez y a un macroevento ante el ganador de las World Boxing Super Series en los 76,2 kg, sufrió una derrota contra todo pronóstico ante un Caleb Truax (29-3-2, 18 KO) que nunca había vencido a un top 15 y que un año y medio atrás había sido batido en un solo asalto por Anthony Dirrell.

Consciente de que un revés de tal envergadura ha puesto en duda su carrera, ya afectada anteriormente por una seria lesión en su hombro derecho y cuestionables actuaciones, DeGale ha aceptado en esta ocasión pelear como visitante en un duelo de desquite en el que no sólo recuperar su corona sino también su prestigio. Además de dejar claras estas pretensiones, “Chunky” reafirmó su negativa opinión sobre su rival: “Caleb Truax no está a mí nivel. Estoy millas por encima de él. El 7 de abril voy a mostrar por qué y demostraré de lo que soy capaz. Estoy tan confiado de ganar ahora esta pelea que si no lo hago me retiraré. Es un competidor duro y fuerte pero si no le puedo ganar eso significa que he ido hacia atrás”.

Si bien DeGale, que confesó que subestimó a su adversario, parece estar cometiendo otra vez el mismo error, Truax no se deja influir por las palabras del excampeón. Al contrario, señalando como sus virtudes su fortaleza mental y su confianza en sí mismo, el estadounidense dijo que todo ello sólo le motiva más, al igual que lo hacen las perspectivas desfavorables de aficionados y expertos: “No recibí el respeto que merecía la primera vez y puede que estuviese justificada la diferencia tan grande en las apuestas ¿pero por qué no soy favorito esta vez? Le vencí bien durante doce rounds pero sigo sin ser favorito. Estoy más motivado por probar que no fue suerte la primera vez. Me hace querer intentar con más fuerza callar a todo el mundo, callar a DeGale y simplemente vencerlo de forma aún más convincente esta vez”.

Teniendo en cuenta que ambos boxeadores manifestaron la opinión de que tácticamente el encuentro se desarrollará de una forma muy similar al primer enfrentamiento entre los dos, es de esperar que Truax avance con firme agresividad en busca de sus golpes de poder ante un DeGale que deberá tratar de gestionar la presión con movilidad, buen uso del jab y contragolpes decisivos. En cualquier caso, pese a la posible similitud con el choque precedente, es probable que esta vez el combate tenga más intensidad y emoción, puesto que un Truax rebosante de moral peleará como local para defender una corona mundial que la mayoría consideraba que nunca lograría y DeGale ha reiterado que si no gana abandonará su carrera como boxeador en activo, por lo que previsiblemente los dos realizarán un inmenso esfuerzo tanto por vencer como por lucir.

Dejando al margen que tiene el potencial para convertirse en un muy buen combate de respaldo para la unificación Lara-Hurd, el choque se decantará simplemente del lado de quien pueda ejecutar su estrategia de una forma más efectiva. Ciertamente, en el combate de diciembre DeGale no estaba a su mejor nivel ni muchísimo menos, sino que parecía seguir acusando problemas en su hombro lesionado y se mostró lento en sus acciones. Así, afirmando que ahora está en perfectas condiciones, partirá como favorito con cierto margen en las casas de apuestas. Pese a ello, no se puede pasar por alto que antes del primer duelo también dijo que su hombro estaba mejor que nunca y sobre el ring a penas usó su mano derecha por las molestias que sentía, de modo que no se debería dar categoría de certeza a sus afirmaciones hasta que no se le vea combatir.

Por todo esto, sólo se verá en el cuadrilátero este sábado en el Hard Rock Hotel and Casino de Las Vegas (Estados Unidos) quién lleva razón: los que creen que la superioridad técnica de un DeGale en plena forma desbordará sin más el empeño de Truax o los que consideran que el británico, en incógnita por sus problemas físicos y que ha perdido la frescura de su boxeo en su dura batalla ante Badou Jack, será un blanco perfecto para que un boxeador, tildado como jornalero por muchos en el pasado, asiente su carrera en una posición de grandeza.

El monarca Truax marcó en la báscula 76,100 kg y el retador DeGale 75,900 kg, ambos por debajo del límite de 76,2 kg.