Julius Julianis
@JulianisJulius

El ingés Jamie McDonnell (26-2-1, 12 KO) retuvo el cinturón ‘regular’ gallo WBA anoche en el American Bank Center de la localidad de Corpus Christi, en Texas, USA, venciendo a Tomoki ‘Mexicanito’ Kameda (31-2, 19 KO) por Decisión Unánime (116-111, 115-112, 117-110) en ésta que fue la revancha de su disputadísimo combate de abril.
Ha sido la cuarta defensa del cinturón por parte de McDonnell, que de nuevo volvió a vencer al boxeador de casa (Tomoki es japonés pero está adscrito a Haymon Boxing, empresa que controla la serie Premier Boxing Champions) en un enfrentamiento muy igualado y que ha dejado bastante polémica. Los dos púgiles salieron al ring conscientes de que el primer envite fue magnífico, pero también conscientes ambos de los errores cometidos. Errores que se podían subsanar durante esta revancha.

Nada más empezar, Tomoki intentó entrar tras el jab de McDonnell para conectar golpes claros y volver a salirse de la distancia, táctica que le había funcionado muy bien en los primeros rounds del primer combate, pero el campeón había tomado nota de la experiencia pasada, y en esta ocasión subió el ritmo desde el 2º round (en abril esperó hasta el 5º asalto para acelerar las acciones). Por momentos, sobre todo en los primeros capítulos, el inglés parecía no sabía cortar el ring, pues Kameda evitaba las esquinas sin aparente esfuerzo, pero el plan de McDonnell no era encerrarle, sino conseguir estabilizar las distancias. Y lo consiguió.

A medida que avanzaban los asaltos, McDonnell cada vez tenía más constantemente al japonés en la distancia que consideraba ideal, lo que permitía al campeón aumentar el volumen de golpeo. La segunda mitad del choque siguió la misma pauta que se venía marcando desde el segundo asalto: un duelo de estilos donde el inglés intentaba fijar al aspirante y apabullarle con aluviones de golpes desde la larga y media distancia, mientras el pequeño de los Kameda se defendía y atacaba de manera muchísimo menos constante pero conectando golpes más claros. Quizás los mayores problemas de Tomoki vinieron al intentar ajustar su estrategia durante el pleito para responder al ajuste táctico que propuso el campeón: el constante retroceso de Kameda, acompañado del muy escaso contragolpeo, unido a desplazamientos excesivamente exagerados que, por momentos, le situaban muy alejado de su rival, pudieron influir en la percepción de los jueces; pues durante gran parte de la pelea, el japonés daba la impresión de no poder controlar la presión del inglés, quien no acertaba demasiados golpes claros, pero marcó el ritmo del combate durante gran parte de la mayor parte de los rounds.

Durante las semanas anteriores al evento McDonnell había expresado en varias ocasiones su intención de, en un futuro muy cercano, subir a peso supergallo para enfrentarse a su compatriota Scott Quigg, vigente campeón «regular» WBA en esa categoría. Ahora, tras esta victoria, la más importante de su carrera, es el momento ideal para intentar asaltar el título mundial «regular» en su segunda división. Tomoki Kameda, por su parte, no va a subir al supergallo (tanto en el pesaje como sobre el ring fue el boxeador más pequeño) y aún tiene mucho que decir en los 53,500 kg (118 libras) . Incluso es probable que incite a McDonnell a completar la trilogía, pues los dos enfrentamientos, con polémica en las cartulinas, son las dos únicas derrotas en su récord, y a nivel promocional han sido combates de gran disfrute para el público.