Mike Tyson volvió a los titulares después de pedir revancha con Jake Paul, al mismo tiempo que prepara una pelea de exhibición contra Floyd Mayweather para el próximo año.

A los 59 años, “Iron Mike” sigue demostrando que su magnetismo trasciende generaciones y llena estadios. Más allá del famoso episodio de la oreja arrancada a Evander Holyfield, hay otras historias que retratan su carácter imprevisible, su intensidad y su forma de habitar la vida al límite.

Cuatro anécdotas, algunas divertidas, otras insólitas y otras simplemente oscuras, ayudan a entender por qué Tyson sigue siendo el eterno “hombre detrás del personaje”.

El día que le hizo perder a Drake más de 355 mil dólares

Pocas figuras del espectáculo combinan el éxito y la extravagancia con la alquimia del rapero canadiense Drake. Además de su gusto por los objetos de lujo y los coches deportivos, el artista de Toronto se ha convertido en un jugador de casino con crupier en vivo y usuario habitual de plataformas de apuestas deportivas.

En uno de sus despliegues de temeridad, decidió apostar 355.000 dólares a favor de Mike Tyson en su combate contra Jake Paul.

La apuesta, que publicó orgullosamente en su cuenta de Instagram, le hubiera reportado cerca de un millón de dólares si el ex campeón lograba imponerse. Pero la suerte, o el destino, no estuvieron de su lado. Paul, 31 años más joven que Tyson, se impuso con claridad, dejando a Drake con una nueva derrota.

Sin embargo, parece no haber rencores, sobre todo si se tiene en cuenta el historial de apuestas millonarias fallidas del rapero.

El incidente con Brad Pitt y su primera esposa

Entre las muchas historias que giran en torno a Mike Tyson, una de las más contadas es la que involucra a Brad Pitt y Robin Givens, la primera esposa del boxeador. Corría 1988, Pitt tenía apenas 25 años y era un actor desconocido (este episodio ocurrió antes de su participación en Thelma & Louise).

Por su parte, Tyson vivía una de las etapas más turbulentas de su vida. Se encontraba en pleno divorcio de Givens. Eran la pareja más mediática del momento y, en medio de la separación, el boxeador decidió pasar por la casa de su ex antes de una reunión con su abogado.

La escena que encontró, según sus propias palabras, fue digna de una telenovela. Brad Pitt en la cama con Givens, explicándole que estaban «repasando un guion» y pidiéndole que por favor no lo golpeara. A pesar de lo que muchos imaginan, Tyson no lo golpeó. “Estaba emocionalmente en coma”, confesó años más tarde.

Cuando su “mascota” le arrancó el brazo a una mujer

En los años 90, Tyson vivía un estilo de vida excéntrico, propio de una estrella mundial en su apogeo. Entre sus caprichos más recordados estuvo la compra de un tigre de Bengala hembra, al que llamó Kenia. Le costó 60.000 dólares y llegó a dormir con ella en su habitación. “Era mi bebé, pesaba más de 200 kilos y la cuidaba como a una hija”, contó alguna vez.

Sin embargo, el cuento de hadas terminó de forma abrupta. Según Tyson, una mujer saltó la cerca de su propiedad y se acercó a jugar con el animal. El tigre, desconociendo a la intrusa, la atacó brutalmente, provocándole graves heridas en el brazo.

“Cuando vi lo que el tigre le hizo a su mano, no lo podía creer. En ese momento tenía mucho dinero, así que le di 250.000 dólares como compensación”, relató. Años después, reconoció que había sido una irresponsabilidad y se autocalificó como «muy tonto», reconociendo que es imposible domesticar a un tigre al cien por cien.

La historia, con tintes de tragedia y también de locura, ejemplifica los excesos y la desmesura de una época en la que Tyson parecía tenerlo todo y querer tirarlo todo por la borda al mismo tiempo.

Las sombras más oscuras que lo persiguen

Más allá de las anécdotas que se pueden narrar con una sonrisa, el pasado de Mike Tyson también tiene capítulos oscuros. En 1992 fue condenado a diez años de prisión, de los cuales cumplió tres.

Dentro de la cárcel tuvo una conducta poco ejemplar con varios privilegios, pero aún así fue liberado por “buena conducta” tras completar programas de rehabilitación.

Años más tarde, Tyson reconocería públicamente sus errores y aseguraría que su objetivo era vivir en paz. “Mi vida entera es un arrepentimiento”, dijo en una entrevista reciente. Desde entonces, se ha volcado al mundo empresarial y las conferencias motivacionales.

De lo que no se ha arrepentido es de su trabajo en el ring y por eso volverá a subirse para darle guerra a Floyd Mayweather Jr. en una pelea de exhibición programada para la primavera de 2026, según anunció CSI Sports.

El encuentro afectará los récords profesionales de ninguno, pero promete ser uno de los eventos más mediáticos del año. Dos leyendas del boxeo, dos estilos opuestos, dos eras que se cruzan una vez más sobre el ring.