
Julio César Garcés
El joven peso pesado británico Leo Atang, de apenas 18 años y con un futuro prometedor, al que muchos ya comparan con Moses Itauma, ofreció una reflexión honesta y reveladora en una entrevista con The Ring justo antes de su esperado debut profesional: “Antes de salir, miré un poco alrededor de la esquina y vi a todos mis amigos de la escuela, con quienes crecí”, relató Atang (1-0, 1 KO) tras su contundente victoria en el primer asalto contra Milen Paunov en el Manchester Arena. “Sé que habían ahorrado mucho para poder conseguir los buenos asientos… me detuve un segundo y pensé: ‘Wow’… y en el momento en que salí, aquello se volvió una locura y probablemente fue la mejor sensación de mi vida”.
En ese instante tan íntimo y cargado de emoción, Atang no solo vivió un momento inolvidable, sino que aprovechó para expresar su filosofía dentro del deporte: “El boxeo es algo que elijo hacer, no tengo una pistola en la cabeza obligándome a hacerlo”. Una declaración que deja en claro que, para él, el ring no es una carga, sino una elección apasionada.
Atang está dando sus primeros pasos en el boxeo profesional tras una brillante carrera amateur, en la que ha sido cinco veces campeón nacional y medalla de oro en el Mundial Sub-19. Ahora, con solo un combate, es el número 39 de 59 púgiles del Reino Unido en el peos pesado en activo. Decidió que el boxeo era su futuro cuando vio a Anthony Joshua noquear a Wladimir Klitschko en 2017 en Londres.
Su debut, realizado en el evento estelar Jack Catterall vs. Harlem Eubank en Manchester, resultó en un nocaut inmediato que confirmó su potencial. Leo Atang, con una gran estatura de 1,98 m, no solo está viviendo un sueño dentro del cuadrilátero: lo está haciendo con plena conciencia de que eligió este camino por pasión, no por obligación. Su sinceridad antes del combate confirma que, más que un boxeador, es alguien que quiere conectar con el público siendo él mismo.