Gervonta Davis es protagonista de un nuevo capítulo extradeportivo, que nada tiene que ver con su estatus de campeón mundial WBA del peso ligero, por el cual es reconocido a nivel mundial. El púgil estadounidense fue arrestado en la madrugada de este viernes en el sur de Florida, acusado de violencia doméstica contra su exnovia, Vanessa Posso, madre de sus hijos.

Según el informe policial, el incidente ocurrió durante una discusión en el Día del Padre (en Estados Unidos se celebra el tercer domingo de junio) cuando Davis, de 30 años, habría propinado una bofetada y un golpe en la parte trasera de la cabeza a Posso. El altercado tuvo lugar en una residencia situada en Parkland (Florida), y culminó con la detención de Davis a las 3:35 a.m., que fue conducido al Centro Correccional Turner Guilford Knight de Miami, donde permanece bajo custodia a la espera de una audiencia.

El reporte policial detalla que la discusión escaló rápidamente, y Posso presentó heridas visibles, aunque no requirió atención médica inmediata. Los testigos corroboraron la versión de la víctima, lo que llevó a la rápida intervención de las autoridades. Este episodio supone un nuevo capítulo en el historial de problemas legales de Davis, quien ya se enfrentó a acusaciones similares en 2020, cuando fue arrestado por agredir a Posso durante un evento público en Miami, y en 2022, por otro caso de violencia doméstica que fue retirado tras retractarse la denunciante. En esta ocasión, sin embargo, el caso parece tomar un rumbo más serio, con la fiscalía evaluando cargos formales que podrían apuntar a una agresión.

Esta detención llega en un momento crítico para Davis, quien tiene programada una esperada revancha contra Lamont Roach Jr. el próximo 16 de agosto en el T-Mobile Arena de Las Vegas. El combate es la segunda parte del polémico empate mayoritario del pasado 1 de marzo en el Barclays Center de Brooklyn, una pelea que dejó un mal sabor de boca entre los aficionados. Davis (30-0-1, 28 KO) retuvo su título ante Roach (25-1-2, 10 KO), pero la noche estuvo marcada por una polémica en el noveno asalto. En ese round, Davis puso una rodilla en la lona tras un jab de Roach, una acción que el árbitro Steve Willis no contabilizó como caída. Para empeorar las cosas, la esquina de Davis, encabezada por Calvin Ford, limpió el ojo del púgil durante el incidente, una acción prohibida que no fue sancionada. Las tarjetas finales reflejaron un empate (114-114, 114-114 y 115-113 a favor de Davis), pero muchos aficionados consideraron que Roach merecía la victoria.

La polémica no terminó ahí. El equipo de Roach presentó una apelación ante la Comisión Atlética del Estado de Nueva York (NYSAC), argumentando que la caída no contada y la intervención indebida de la esquina de Davis alteraron el resultado. Sin embargo, la apelación fue denegada debido a un problema técnico que impidió la revisión del video por parte de la comisión. “Si hubieran contado la caída, habría ganado por decisión mayoritaria. No hay duda”, afirmó Roach.