Lo medible no es opinable: el combate que disputarán Saúl «Canelo» Álvarez Terence Crawford el 13 de septiembre trasciende al boxeo, y cada novedad copa la prensa deportiva internacional. La última está dando la vuelta al mundo en forma de fotografía. Ambos púgiles cenaron en Arabia Saudí junto a Turki Alalshikh, organizador de la velada.

Un encuentro que está siendo ampliamente criticado, pues los aficionados no ven con buenos ojos que dos próximos rivales tengan un trato cordial. Hace no tanto tiempo, las televisiones se compinchaban con los púgiles para que estos llegasen a las manos en las ruedas de prensa o el pesaje para intentar aumentar una recaudación que iba en beneficio de todas las partes.

Ciertamente, la rivalidad entre Álvarez y Crawford es inexistente, como ocurre en la inmensa mayoría de peleas que se disputan cada fin de semana. El mexicano y el estadounidense han recorrido caminos diferentes, hasta que, innegablemente, el dinero los ha juntado. Por algo son boxeadores profesionales, y se situarán con este combate entre los deportistas mejor pagados del 2025.

”Es una cena para celebrar su cheque de jubilación», es uno de los comentarios más repetidos. No obstante, la profesionalidad de Álvarez y Crawford está fuera de toda duda, después de más de una década en la cima del boxeo. También es cierto que el componente de las rivalidades personales, que también han existido, ha deparado un plus de combatividad que no tiene por qué ser sinónimo de un mejor espectáculo.

Enemigos aparentemente irreconciliables antes de subir al cuadrilátero se hicieron posteriormente amigos. Evander Holyfield perdonó a Mike Tyson que le arrancase un trozo de oreja para grabar juntos anuncios. Algo que no es tan extraño en otros deportes, donde las estrellas comparten hotel e incluso mesa, como era el caso de Rafa Nadal y Roger Federer. Por el contrario, los enfrentamientos más tensos han llegado entre compañeros, como ocurrió con Shaquille O’Neal y Kobe Bryant.