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Los internacionales riojanos Gazi Khalidov y Clara Paraíso, los profesionales Ricardo Fernández «Mateo» y Chimo Eddine, los jóvenes Lucía San Martín o Annouar el Ouchi y otro buen puñado de boxeadoras y boxeadores han podido continuar con su programas de entrenamiento y mejora a pesar de las restricciones impuestas por el coronavirus.
Y lo han hecho gracias al ingenio y el esfuerzo del exboxeador profesional (excampeón de España del supermedio) y preparador, José Ignacio Barruetabeña.

“Estos desafíos pueden deprimirte o bien estimularte para encontrar nuevas soluciones. Soy partidario de lo segundo”, explica el deportista cántabro radicado desde hace muchos años en La Rioja y que también prepara al ciclista medallista olímpico riojano, Carlos Coloma, o la clasificada olímpica Rocío del Alba.

Los gimnasios cerraron a mediados de marzo con el confinamiento y muchos aún no han vuelto a abrir a plano rendimiento por lo restrictivo de las condiciones para entrenar bajo techo. Barruetabeña reaccionó de inmediato. “No soportaba la idea de que deportistas jóvenes, comprometidos y con futuro dejarán de entrenar. El entrenamiento y el boxeo tienen un significado para muchos de ellos que va más allá de la mera actividad física”, explica.

Por eso, en los metros cuadrados libres del jardín de su casa en Villamediana de Iregua, muy cerca de Logroño, instaló sacos de boxeo, punchings, cuerdas, ruedas y hasta dos rings. Junto a Félix García, Barruetabeña dirige las sesiones de entrenamiento, pone manoplas, establece rutinas de preparación física, etc.

“En un contexto en el que nuestro deporte se ha encontrado parado, tanto ‘Mateo’ como ‘Chimo’ han estado listos y preparados para las propuestas que les han hecho y hemos aceptado combates; lástima que no se han llegado a celebrar porque sigue siendo muy complicado sacar adelante las veladas con muy poco aforo o a puerta cerrada. Estoy muy orgulloso de todos ellos, trabajan duro”, detalla Barruetabeña.

Las tareas añadidas a este campamento de boxeo al aire libre, con duchas y piscina, han supuesto la limpieza y desinfección de los materiales de manera sistemática y obsesiva. “Con la salud no se juega. Pero, eso sí, el trabajo al aire libre es más agradable y hasta la fecha presentaba más garantías que bajo techo”, añade el responsable del «Barru Box».

A partir de esta semana, con la evolución de la situación sanitaria, las chicas y chicos del «Barru Box» comenzarán a alternar las instalaciones al aire libre con su habitual casa: el gimnasio «Full Fitness» de Logroño.