Mientras que no es extraño que los organismos que rigen el boxeo actual hagan esperar a sus aspirantes oficiales por permitir unificaciones de títulos, sí que es menos habitual que directamente soliciten dichos combates que aúnen cintos mundiales.
Es el caso del peso superwélter, aunque con matices. El campeón mundial WBO es Sebastián Fundora (21-1-1, 13 KO), que obtuvo el título de manos de Tim Tszyu hace unos meses en un sangriento y polémico combate. Además de ello, el cetro WBC estaba vacante y se lo pudo enfundar el de Coachella.
Por otro lado, hace unas semanas que Terence Crawford (41-0, 31 KO) venció a Israil Madrimov y se hizo con el mundial WBA de la categoría. Anómalamente, ya que hay un campeón sólido y activo, también estaba en juego el título interino WBO. Por ello, este último estamento solicita que Crawford se enfrente al campeón Fundora con tres títulos en juego; solo faltaría el IBF, en manos de Bakhram Murtazaliev, con defensa pendiente ante el mencionado Tszyu.
Las dos partes tienen un mes para negociar los términos del pleito, acudiendo a subasta en caso de no haber acuerdo. En todo caso, la pelea ha de disputarse antes de finalizar 2024.