Desde hace cerca de dos décadas, cada vez que Manny Pacquiao sube a un ring, la posibilidad de un enfrentamiento con Floyd Mayweather sale a relucir. En su regreso al boxeo tras cuatro años retirado, esta tradición también se cumple. La prensa estadounidense ha fijado su atención en el combate por el título mundial WBC del peso wélter que expondrá Mario Barrios ante el filipino. Para los asientos del ringside se ha reservado sitio para un invitado de excepción: el propio Floyd Mayweather, quien tras unas vacaciones en Europa asistiría a un combate que se organiza en Las Vegas, donde reside habitualmente.
Pacquiao (62-8-2, 39 KO), a sus 46 años, arriesgará parte de su legada ante Barrios (29-2-1, 18 KO), y piensa en seguir encima del ring. Si Pacquiao logra la victoria, su equipo busca una revancha con Mayweather, contra el que perdió en 2015.
Pacman ha insistido desde hace una década en que le gustaría tener una nueva oportunidad ante Mayweather, pues se vio lastrado por una lesión que decidió obviar para cobrar la mayor bolsa de su carrera. Por su parte, con Mayweather todo es cuestión de números. A sus 48 años, Floyd Mayweather no disputa un combate oficial desde su victoria por nocaut ante Conor McGregor en 2017. Desde entonces, ha participado en ocho exhibiciones. A pesar del enorme potencial comercial de ver a dos leyendas enfrentarse nuevamente, el interés del público no es el mismo que hace una década. Los años han pasado, y tanto Mayweather como Pacquiao están lejos de sus mejores versiones.
Las plataformas televisivas así lo entienden, por lo que en ningún caso superarán la recaudación lograda en 2015. Si Pacquiao vence a Barrios y los números contentan a ambas partes, la revancha estará servida.
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