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Leopoldo Bonías
Presidente de la Comisión Gestora de la Federación Valenciana de Boxeo

«Qué poco dura la alegría en la casa del pobre» dice el refrán y eso es lo que ocurre en la FEB que preside Felipe Martínez.
El amago de avance en orden a dar una mayor transparencia en las cuentas de la FEB que se llevó a cabo en los Campeonatos de España Élite de Murcia, donde se desglosaba el importe de la inscripción y el coste del alojamiento, ya ha desaparecido en Béjar en los Campeonatos de España Joven y Junior, donde hay que pagar 80 euros por alojamiento y suscripción, sin dar opción tal como se hizo en Murcia a pagar inscripción y dejar que cada federación territorial elija hotel.

Todo comportamiento racional y consciente está dirigido a alcanzar unos objetivos. En el intento por alcanzarlos tomamos decisiones que suponemos nos conducen a los mismos. Sentadas las anteriores premisas, cabe preguntarse; ¿A qué motivación obedece esta vuelta atrás? ¿Por qué volvemos a los métodos de la legislatura de Martín Galán?

A estas y otras preguntas espero obtener respuestas con datos objetivos y fehacientes cuando Felipe Martínez me dé cita para personarme con un contable de mi confianza en la sede de la FEB para revisar la contabilidad.

Seguramente habrá que acudir a otras instancias para obtener la cita a la que él mismo me invitó a pedir para eludir facilitarme la información que le solicité para que constase en el acta de la Asamblea General del 27 de mayo.
Soy escéptico al pensar que el hombre que manifestaba ser la persona honrada que necesitaba la federación vaya a abandonar la opacidad en la gestión económica en la que se ha enrocado desde que accedió a la presidencia después de traicionar a su antecesor y vaya a permitirme ver las «transparentes» cuentas de la FEB.

No cejaremos hasta ver esas misteriosas cuentas de las que sólo sabemos que hay cuatro federaciones deudoras y unos gastos sin justificar del Sr. Martín Galán de más de 7.000 euros.