
Julio César Garcés
Cuando se habla de boxeo panameño, los nombres de Roberto “Manos de Piedra” Durán y Eusebio Pedroza dominan cualquier conversación. Pero en el siglo XXI, una mujer se ha encargado de escribir su propio capítulo en letras doradas: Atheyna Bylon. Con determinación, disciplina y un talento fuera de serie, se ha convertido en una de las boxeadoras más destacadas del continente y en una inspiración para toda una generación.
De las calles de Panamá a los Juegos Olímpicos
Nacida el 6 de abril de 1989 en la ciudad de Panamá, Atheyna Bylon llegó al boxeo de forma tardía. Antes de subirse a un ring, se desempeñaba como agente de la Policía Nacional, una faceta que moldeó su carácter férreo y su ética de trabajo. A los 22 años, decidió adentrarse en el boxeo, una edad inusual para quienes buscan llegar a la élite. Pero lo que parecía una apuesta arriesgada se transformó en una historia de éxito.
En menos de tres años, Bylon clasificó a sus primeros Juegos Olímpicos en Río 2016, un logro que ya de por sí colocaba su nombre entre los grandes. No obstante, su meta no era solo participar: quería ganar, trascender y dejar huella.
Campeona del mundo y figura continental
El punto de inflexión llegó en 2014, cuando se proclamó campeona mundial en Jeju, Corea del Sur, en la categoría de los 69 kilogramos. Atheyna hizo historia al convertirse en la primera mujer panameña en conquistar un título mundial de boxeo aficionado, rompiendo barreras de género y estigmas deportivos en su país.
Desde entonces, ha sido una constante en los podios internacionales. Ha representado a Panamá en tres Juegos Olímpicos (Río 2016, Tokio 2020 y París 2024) y ha sido protagonista en Juegos Panamericanos, Centroamericanos y del Caribe, cosechando medallas y respeto. Su estilo se caracteriza por una combinación letal de técnica, fuerza física y estrategia. Pocas boxeadoras en su categoría poseen su envergadura y su capacidad de adaptación en el ring.
La hazaña en París: medalla de plata olímpica
El 2024 marcó un antes y un después en la carrera de Bylon. En los Juegos Olímpicos de París, logró lo que ninguna mujer panameña había conseguido hasta ahora: una medalla olímpica. Con actuaciones impecables y una demostración de temple en cada combate, Atheyna se colgó la medalla de plata en la categoría de los 75 kg, escribiendo una de las páginas más gloriosas del deporte panameño.
Este logro no solo la consolida como una leyenda nacional, sino que también demuestra su vigencia y capacidad para competir al máximo nivel, incluso en una etapa avanzada de su carrera.
Más que una atleta: un símbolo de empoderamiento
Atheyna no solo pelea contra rivales en el ring; también lucha contra los prejuicios y las limitaciones que muchas veces enfrenta la mujer en el deporte, especialmente en disciplinas tradicionalmente dominadas por hombres como el boxeo.
Su presencia en torneos de alto nivel y su constante evolución deportiva han hecho que se convierta en un modelo a seguir para jóvenes boxeadoras en toda América Latina, demostrando que el talento, cuando se combina con trabajo duro y perseverancia, puede romper cualquier techo de cristal.
Un legado imborrable
A sus 36 años, con un campeonato mundial, tres participaciones olímpicas y una medalla de plata en París 2024, Atheyna Bylon ya es parte del panteón histórico del deporte
panameño. Pero más allá de los títulos y reconocimientos, su legado se mide en inspiración, lucha y orgullo nacional.
Atheyna representa la evolución del boxeo panameño: disciplina, modernidad, fuerza mental y compromiso social. Su historia es un recordatorio de que los sueños no tienen fecha de caducidad, y que las grandes peleas se ganan tanto dentro como fuera del cuadrilátero.