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Fue un acontecimiento en Vitoria-Gasteiz. Sergio “Maravilla” Martínez (Avellaneda, Argentina, 1975) no paró de atender a los aficionados que se le acercaron en busca de autógrafos o una foto ayer en el Gimnasio Gasteiz Sport de la capital alavesa. Siempre con una una disposición exquisita y una sonrisa, mostrando una cercanía que nadie espera de un gran campeón. Más aún, de una auténtica estrella del boxeo mundial que dejó los rings de Las Vegas o Nueva York hace muy poco y solo tras coleccionar un buen puñado de cinturones y ser considerado uno de los mejores libra por libra del momento.

Pero el objetivo de “Maravilla” era otro. Observar la evolución de un Jon Fernández entre cuyos mentores se cuenta y que debutará en los Estados Unidos el 1 de septiembre para posteriormente tratar de conquistar el mundial junior WBC en La Casilla (Bilbao). Martínez siguió los ocho asaltos de sparring que realizó ayer el joven boxeador profesional vizcaíno (20 años) ante dos cualificados rivales como el mirandés Kevin Baldospino y el riojano Ricardo Fernández.

Y salió del gimnasio de José Luis Celaya encantado. “Jon presenta un excepcional dominio de la media distancia. Es capaz de mantener un gran panorama del combate en esa distancia, lo que es muy difícil. Ataca, sale y ataca de nuevo, sacando a su rival del tiempo y el espacio. Sensacional”, evaluó.

“Es un placer ver trabajar a alguien tan profesional y disciplinado. Ese es el camino para llegar lejos”, concluye Martínez.

Tras la sesión de sparring, el boxeador argentino cenó con Jon Fernández, su entrenador, Igor Cabezas, José Luis Celaya y otros amigos en una típica sociedad gastronómica.