Juan Sánchez

Considero vergonzosa la actuación de la multinacional Nike contra Manny Pacquiao, retirándole el patrocinio y borrando todo rastro del as filipino en su web; y todo por un problema de libertad de expresión, pretendiendo imponer un estado de pensamiento único.
Yo jamás he visto que a nadie, por declararse en contra del boxeo, se le haya retirado ningún patrocinio, ni haya sufrido ningún tipo de represalia ni de condena social. En este caso entonces, sí se considera que uno puede opinar como quiera.

Si hay un deportista en el mundo que merece representar a una empresa ese es Manny Pacquiao. Por lo menos yo no conozco a ningún político, que tras una gran catástrofe como la que produjo el tifón Haiyán, provocando más de 5.000 muertos a su paso por Filipinas, fuera como Pacquiao regalando dinero de su propio bolsillo a los damnificados, ya de por sí personas muy pobres. Sí, he dicho bien, regalando dinero, no promesas.

Los periodistas tienen la oportunidad de investigar en qué países se fabrican los productos de Nike, qué edad tienen muchos de sus trabajadores, qué salarios cobran, qué horarios hacen, todas sus condiciones laborales, y en qué condiciones de seguridad e higiene desarrollan su trabajo.
Mucho me temo que no me llevaría ninguna sorpresa, y el resultado de la investigación no sería nada favorable para estos imperialistas de Nike.

La hipocresía de estos individuos llega hasta el punto de que Nike es la marca oficial del F.C. Barcelona; club que está imputado, al igual que algunos de sus directivos, ex-directivos y jugadores, por delitos fiscales, de estafa y de apropiación indebida. Pero estos capitalistas de Nike han cogido la calculadora, han hecho números, y el resultado de estas operaciones aritméticas es que no les llega a crear ningún problema de conciencia moral.

Pero la hipocresía no acaba aquí. Resulta que en la camiseta azulgrana, Nike comparte espacio con Qatar Airways, y en Qatar la sodomía es castigada con siete años de prisión; eso si uno no es musulmán y le aplican la sharia.
Y como el mundo es muy pequeño, resulta que en los últimos años han sido innumerables los trabajadores filipinos detenidos por sodomía y expulsados de ese emirato. Pero esto tampoco les crea ningún problema de tipo moral.

Para rematar la faena, ayer leo en la sección de Cartas de Los Lectores de un periódico de gran tirada, el escrito de una señora que llevó a su nene de 6 años, con su camiseta del Barcelona de la temporada pasada, a una tienda oficial del FC Barcelona para que se la estamparan con el número y el nombre de su jugador favorito. Lo que le estamparon al crío en la cara fue un no por respuesta, porque Nike sólo permite la estampación en la camisetas de la temporada presente; hay que vender camisetas. Nos podemos imaginar la desilusión del chaval.
Por todo ello pido desde aquí un boicot mundial a todos los productos de Nike, y no creo que se merezcan menos.