Manuel Valero
@Manu_Valero

Las decisiones polémicas en los Juegos Olímpicos no son algo nuevo para el boxeo, que ha visto en varias ocasiones como el púgil que salía con el brazo en alto había sido claramente batido en el cuadrilátero.

Parte de los 239 combates que ya se han disputado en Río de Janeiro han vuelto a tener a los árbitros y jueces como protagonistas, criticando los boxeadores con dureza a la AIBA, responsable del boxeo olímpico.

El irlandés Michael Conlan no pudo reprimirse al perder ayer por decisión unánime ante el ruso Vladimir Nikitin, finalizando su sueño de repetir la medalla conseguida hace cuatro años. Conlan no dudó en llamar «mafia» a la AIBA, realizando un claro gesto de desaprobación al finalizar su combate. «Ey, Vladimir (Putin), ¿cuánto les has pagado», tuiteó Conlan, en clara referencia a las varias dudosas victorias que ha logrado Rusia en los últimos días. Rusia también tuvo que esperar a las decisiones de la AIBA antes del torneo, permitiéndose la participación de once boxeadores tras la publicación del informe McLaren. No es el único escándalo que azotó a la AIBA antes de los Juegos, ya que varios antiguos miembros de esta organización denunciaron el amaño de combates durante este ciclo olímpico.

La irlandesa Katie Taylor, el estadounidense Gary Russell (hermano del campeón mundial WBC del peso pluma) o el kazajo Vassiliy Levit, que perdió inexplicablemente ante el ruso Evgeny Tishchenko en la final del peso pesado, han sido algunos de los perjudicados.

La AIBA se ha visto obligada a emitir un comunicado en las últimas horas, donde señala que no se cambiará ningún resultado, denegando todos los rumores de amaño que ha vertido la prensa mundial. Como medida exclusiva se ha decidido apartar de sus funciones a varios jueces y árbitros presentes en Río, aunque no han trascendido los nombres.