Antonio Salgado Pérez
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Cuando en el año 1989 tuvimos la oportunidad de asistir a los Campeonatos de Europa Amateurs que se celebraron en Atenas, nos percatamos, como en ninguna otra ocasión, en que los pugilistas del de nominado “Telón de Acero”, léase bloque oriental, eran los dueños y señores de la situación protagonizando estilos de herméticas guardias, agazapados tras los guantes, esperando, pura y exclusivamente, el resquicio del rival para poder conectar sus puños y lograr el deseado punto de los jueces. Aquel estilo, monocorde y plúmbeo, era lo que, en líneas generales, imperaba…
Y este prólogo viene a colación tras ver la actuación del tinerfeño Sandro Domínguez ante el madrileño Antonio Rodríguez “Chiky” en pos del título de España de los pesos superplumas, que se encontraba vacante por renuncia de Ruddy Encarnación. Y es que Sandro heredó del campo amateur- donde, por cierto, desarrolló una notable campaña- esa hermética guardia pero, por fortuna, la ha enriquecido, adornado y potenciado, ahora como profesional, con una convincente combatividad, una estupenda precisión y una encomiable eficacia, trilogía tan necesaria y perseguida en esta dura faceta.
La guardia, en el púgil, es su mejor compañera; su escudo y su aval. Y su mejor garantía para alargar etapas entre el ensogado. Siempre se ha mantenido que la habilidad defensiva puede ser un factor valioso para acreditarse puntos sobre el ring. Pero, para ello, y como nos decía el prestigioso preparador Pedro H. Cuggia, esta defensa debe ser “activa” y no “pasiva”; es decir, que debe ser usada no sólo para no dejarse golpear sino, esencialmente, para contragolpear, en un apreciable promedio de ocasiones, al adversario.
Y estas observaciones, las ha plasmado, de una forma muy veraz, el tinerfeño Sandro Domínguez, que a sus 24 años y con sólo 9 combates en el campo rentado, nos ha proporcionado una gran alegría porque desde hacía algún tiempo -posiblemente, demasiado- intentábamos buscar en nuestros cuadriláteros, su perfil, o sea, seriedad en las evoluciones, habilidad y técnica en la ofensiva, precisión en los impactos y, por encima de todo, que se interpretara la regla de oro del pugilismo: golpear sin ser golpeado.
Sandro, tranquilo y calculador, jamás descompuso su peculiar línea de combate ante Antonio Rodríguez, todo un profesional; un batallador nato del cuadrilátero que, pese a sus evidentes limitaciones, nunca se doblegó ante aquel antagonista que lucía la señalada “defensa activa”, pues no sólo neutralizaba el ataque del madrileño sino que usaba, con holgura, el contragolpe positivo y eficaz.
Sandro Domínguez, con todos los honores, se ha proclamado campeón de España de los pesos superplumas tras vencer por abandono en el séptimo asalto. Su rival había sido derribado en el tercer asalto y seriamente lesionado, en la región nasal, en la sexta etapa. Por todo ello, sus mentores, con excelente criterio, lanzaron la toalla para neutralizar inútiles hostilidades. Hasta la fecha, el arbitraje de Agapito Gómez había sido satisfactorio.
Y estos laureles de victoria también hay que compartirlos con el preparador de Sandro, Manuel Povedano, tan eficaz y laborioso como mesurado y prudente. Y con su pareja, Yadiana Labrada que, en la sombra, está convirtiendo a Adeje en un emporio boxístico: en lo que va de año, ya se han celebrado en dicho municipio sureño dos campeonatos de España. Ojalá Adeje repita con Sandro lo que Telde con Pedro Miranda que, primero, lo vio como campeón de España y, después, como campeón de Europa. Por ello nos parece muy adecuado y oportuno el apoyo que, entre otros, vienen recibiendo del alcalde José Miguel Rodríguez Fraga, que ha visto en Sandro un ejemplo a seguir, no sólo entre el cuadrilátero sino fuera de éste.
Como colofón, he de añadir que por una feliz iniciativa de Radio Televisión Canaria este combate lo pudimos presenciar a través de la pequeña pantalla donde, con gran acierto y conocimiento, fue comentado por Óscar Guzmán, hijo de aquella enciclopedia boxística que respondía por Elio. No deja de ser curioso que en esta crónica hayamos mencionado los Campeonatos de Europa Amateur de Atenas. Y lo apuntamos porque en dicho torneo continental, y como integrante del equipo nacional actuó, como peso ligero, Óscar Guzmán. Y entre otros, dos recordados púgiles tinerfeños, Paulino Sosa “John Pol” (moscaligero) y Víctor García “Ray García” (mosca).