El británico James DeGale protagonizará el 14 de enero uno de los primeros grandes combates del 2017, unificando los títulos IBF y WBC del peso supermedio ante el sueco Badou Jack en Brooklyn (Estados Unidos). El púgil londinense, campeón olímpico en Pekín 2008, señaló que sospechaba que Lucian Bute había consumido alguna sustancia dopante para su combate de noviembre de 2015, dada la gran energía con la que finalizó los doce asaltos. Meses después, el rumano dio positivo por consumo de anabolizantes en los controles de su pelea ante el propio Jack. Bute, de 36 años, recibió una ridícula multa de 47.726 € y la retirada de la licencia en el condado de Columbia por seis meses. El rumano puede seguir boxeando en el resto de lugares, sin afectarle a su clasificación en las listas mundiales, siendo esta sanción irrisoria comparada con otros deportes.

“El boxeo tiene que acabar con el dopaje. Es una plaga, en los últimos meses se están dando muchos casos. No es justo que alguien sea más fuerte o rápido porque se ha dopado, nos estamos jugando la vida”, declaró DeGale al periodista Keith Idec.

“He pasado cinco controles en tres semanas para mi combate con Jack. A partir de las siete de la mañana, cada día puede venir un controlador. Es como debe ser, creo que Al Haymon está pagando los controles al estilo olímpico porque ambos boxeadores los hemos solicitado”, dijo el británico.