Manuel Valero
@Manu_Valero

Ocho meses después de conquistar el título mundial IBF del peso pesado, noqueando en dos asaltos a Charles Martin, Anthony Joshua (18-0, 18 KO) ya no es no sólo una referencia en el Reino Unido, sino que es el púgil que ha devuelto al peso pesado al primer plano internacional, con unas perspectivas de futuro envidiables. El campeón olímpico colgó el cartel de no hay billetes en el Manchester Arena, que lo recibió con un sonoro aplauso a las doce de la noche locales, respetándose la puntualidad británica para cumplir con lo pactado con Sky Sports y Showtime, canales encargados de emitir la pelea en el Reino Unido y Estados Unidos.

Eric Molina (25-4, 19 KO) se vio superado desde el primer segundo por Joshua, que marcó el ritmo del combate a su antojo. La derecha del campeón hizo el resto, derribando al estadounidense en el tercer asalto, viéndose obligado el árbitro a detener las acciones segundos después. Aunque Molina no es uno de los boxeadores más destacados de la categoría, hace dieciocho meses incomodó a Deontay Wilder, dueño de la corona del WBC, en su primera defensa. A los 27 años y con un país rendido a su pies, su siguiente combate podría suponer el despegue definitivo de Joshua hacia la hegemonía del peso pesado en los próximos años, si es capaz de vencer al laureado, a la par que veterano, Wladimir Klitschko el 29 de abril en Wembley.