José Manuel Moreno
@josemorenoco

El dinero, más bien las grandes sumas del mismo, han movido el mundo del boxeo en todas las épocas. Este sábado llega la primera gran pelea del año, entre dos de los mejores boxeadores del mundo. Uno que lo es desde hace una década, el filipino Manny Pacquiao y otro, que ha cimentado su prestigio especialmente en los útimos tres años, Timothy Bradley. Comparemos números de la pelea de junio de 2012 con la de este sábado 12 de abril. «Pac Man» tenía garantizados 18,7 millones de euros en 2012, en esta ocasión «solo» tiene garantizados 14,3 millones de euros. ¿Recorte salarial? ¿Pérdida de caché? Probablemente, las consecuencias de una derrota tan dolorosa como el nocaut ante Juan Manuel Márquez en diciembre de 2012, aunque sus cifras sigan siendo estratosféricas para una sola pelea.

Si bien hay que precisar que la bosa oficial según consta en la Comisión Atlética de Nevada es de 4,3 millones, y el resto lo obtendrá de las ganancias de la retransmisión por HBO PPV. Hace dos años se vendieron un total de 890.000 y ahora se estima que se sobrepasará el millón, a tenor de la igualdad en los pronósticos previos al combate. Por su parte, el invicto Bradley obtuvo en la primera pelea la mejor bolsa de su vida, con 3,5 millones mientras que en la de este sábado tiene también una bolsa de 4,3 millones, que con los beneficios del «pagar por ver» se irá a buen seguro a una cifra sensiblemente más alta, aunque no ha sido desvelada. Para contrastar cantidades, en el combate de semifondo, el mexicano Raymundo Beltrán y el afgano-canadiense Arash Usmanee cobrarán algo por encima de los 60.000 euros. Diferencias abismales, evidentemente, pero que responden, ni más ni menos, a la vieja ley de la oferta y la demanda.