José Manuel Moreno
@josemorenoco

Deontay Leshun Wilder (32-0, 32 KO) se dedicó al boxeo en 2008, con 23 años, como se podía haber dedicado al fútbol americano, su deporte favorito desde la niñez. Pero una enfermedad de su hija hizo que buscara dinero rápido y se decantara por el deporte de los puños. Nacido en Tuscaloosa (Alabama) el 22 de octubre de 1965, mide 2,00 metros y posee unos tentáculos de 211 centímetros de envergadura. Fue en noviembre de 2008 cuando debutó en Nashville (Tennessee) ante Ethan Cox, once años mayor. Acabó en dos asaltos con él. Nunca en sus 32 combates pasó del 4º round.

Este sábado tiene la oportunidad de devolver a su país, el de las barras y estrellas, el de Jack Johnson, Joe Louis, Muhammad Ali o Mike Tyson, una gloria de campeón universal que no posee desde que en 2007 cediera su cetro el gordinflón Shannon Briggs. Por vez primera la prensa, la radio, la televisión y la afición de su país están verdaderamente pendiente de un combate de peso completo, cosa que no sucedía desde la época de Holyfield, Tyson, Bowe, Lewis y cía. Que tiene una mano derecha de oro nadie lo pone en duda, a pesar de la endeblez de sus rivales hasta el momento. Pero, ¿y su mentón? ¿Será de cristal? ¿Cómo afrontaría una pelea larga, pongamos que a la distancia de doce asaltos? Son incógnitas que desvelará este sábado por la noche en el majestuoso escenario del MGM Grand Arena de Las Vegas. Con referee de prestigio, el bigotudo Tony Weeks.

Enfrente, Bermane Stiverne (24-1-1, 21 KO), una roca curtida en su tierra natal de Haiti, de nacionalidad canadiense y que curiosamente vive en Las Vegas, como Mayweather. ¿Quién será el boxeador local? Sin duda, el norteamericano, perdón, el estadounidense, que la cosa va de norteamericanos, a pesar de seguir viviendo Wilder en su ciudad natal del sur de Estados Unidos. Stiverne lleva tres años más combatiendo en el boxeo profesional, tiene siete años más, doce centímetros menos, una pegada de mula y un récord más lustroso, porque entre sus contrincantes aparecen nombres más o menos ilustres, al menos conocidos, como Ray Austin o el del californiano Critobal Arreola, al que le ganó el cetro vacante dejado por Vitali Klitschko en mayo de 2014.

Sufrió una sola derrota, en julio de 2007 ante Demetrice King por KOT en el 4º asalto. Y posee también un match nulo, ante Charles Davis, en abril de 2009. A Arreola primero le ganó por puntos y más tarde por KOT en seis asaltos. Tiene mayor experiencia, eso está claro, pero Wilder tiene algo, no sabemos qué, puede que carisma, puede que su fenomenal y longilínea figura, puede que las ganas de todos por entronizar un nuevo genio estadounidense. Las apuestas están a favor del denominado «Bombardero de Bronce» pero con moderación. 1,57 euros por euro apostado por su triunfo por los 2,37 euros por la victoria del campeón. Está el asunto apretado. Claro que una derecha de Wilder y acaba con el pleito en apenas unos segundos, como hacía Tyson. ¿Palabras mayores? Sin duda. Precaución. Pegada tiene, pero.. ¿y si la mandíbula…? Prepárense para, ¡al fin! emocionarse con un combate de pesos pesados. Como en los viejos tiempos.