José Manuel Moreno
@josemorenoco

No termina de concretarse el acuerdo definitivo para el campeonato del mundo del peso pesado del WBC entre el titular, el canadiense de origen haitiano Bermane Stiverne (24-1-1, 21 KO) y el estadounidense Deontay Wilder (32-0, 32 KO). En dos ocasiones, en el último mes, se suspendió la subasta, ante lo que se presentía un acuerdo definitivo entre las partes, Al Haymon por Wilder y el mítico y controvertido Don King por el lado de Stiverne.

Las partes continúan discutiendo un acuerdo, pero ha habido muy poco movimiento de las últimas semanas. Hay una prometedora promotora, encabezada por el músico norteamericano Jay Z (esposo de la espectacular Beyonce), que está deseando que se produzca la subasta, porque al parecer la oferta de su compañía «Roc Nation Sports» será multimillonaria e inigualable. Golden Boy Promotions y Don King se encuentran cercanos al acuerdo, pero es Al Haymon, el manager de Wilder, el que está poniendo todos los inconvenientes que puede. Al parecer, el contrato del «Bombardero de Bronce» con GBP se extinguió, según Haymon y Wilder. Ya hizo Haymon algo parecido con Peter Quillin, al que le hizo renunciar a una bolsa de 1 millón de euros y no aceptar el combate oficial de campeonato mundial del peso medio ante el ruso Matt Korobov, dejando la corona vacante. Las relaciones de Haymon con las grandes compañías son especialmente malas, y los contratos de Haymon con sus pupilos, leoninos, porque solo pueden firmar lo que Haymon apruebe.

Al parecer, «Roc Nation Sports» habría hecho llegar una oferta más que suculenta de 1,5 millones de euros a Wilder para este esperado combate, pero como se suele decir vulgarmente, por contrato, la sartén por el mango la tiene Al Haymon, que está teniendo una manera un tanto sui generis de llevar a su pléyade de campeones. Haymon, King, Jay Z, De la Hoya, muchos intereses en juego y lo que el WBC tiene que hacer es llevar a cabo la subasta, y a quien Dios se la de (la mejor bolsa), San Pedro se la bendiga. Que crucen sus puños ya Stiverne y Wilder, que se van a cansar de tanto entrenamiento.